D DAY
Nací en un pasaje de ladrillos, con casas de formas poco tradicionales, patios interiores y vidrios triangulares… jardines y plazas de juego comunitarios, celebraciones de navidad bajo un sauce y un Bartolo guardián en la puerta. Había noches graciosas en que salíamos a tocar música con las ollas, agarrar el sartén más grande y la paleta mas gruesa, el acuerdo era rápido y el sonido venía de todas partes… le llamaban el caceroleo. En general nuestra vida era tranquila, era fantástica, recuerdo que salíamos a jugar al ring ring raja, a columpiarnos en las ruedas y que las flores de pluma invadían de morado las casas en verano
Resulta ser que crecí en un pasaje de izquierda, en medio de activistas y bohemios, en medio de discusiones y planes, en medio de cigarrillos y vino… claro que solo hasta las doce. Entremedio nosotros… con un papá que salía a trabajar a medianoche- años más tarde me enteraría que junto al cardenal solía sacar a Andrés Padilla y otros amigos de los cuarteles de la CNI -. Una vez al mes mi papá partía a Europa en viaje de trabajo, en ese tiempo estaba a cargo de uno de los Institutos de Estudios Superiores más subversivos, entre bombas lacrimógenas y bombas molotov celebrábamos la navidad con todos los niños del lugar… Cada vez que partía sonaba el teléfono… era el mismo llamado, un silencio profundo y volver a respirar… un día contesté yo…”dile a tu mamá que tu papá no va a volver”…llanto, susto, perdida, pánico… pero él siempre volvía.
Una noche… a media noche vino un tío a dormir, no podíamos contarle a nadie porque estaba triste, se había peleado con su señora… recuerdo su nombre “Osvaldo Verdugo”, - también años mas tarde me enteraría que ese tío barbón y de mediana estatura era el presidente del colegio de profesores y que esa noche durmió clandestinamente en la cama de mi hermano escapando de la CNI-. Recuerdo el tanananananatanananatananananá de la radio cooperativa, recuerdo el susto cada vez que había un Extra!, recuerdo los helicópteros…
Así viví los malos años, los años de dolor, de rabia y de sangre, aunque no lo veía tan oscuro porque aun el mundo era de colores y con música de fondo, aun eran todos iguales para mis ojos. Los años menos malos los viví en medio de manifestaciones, en el estadio nacional y el parque ohiggins cuando vino el papa, creo que en la alameda para la ultima manifestación del NO, y en cada celebración que se pudo después del 5 de octubre. Aun no tenía conciencia, pero la canción me emocionaba…. Vamos a decir que no Oohhoo ¡!. Luego vino el tiempo de la alegría (chile la alegría ya viene!!)… de a poco comencé a entender, ya no solo repetía las palabras de mis papas, junto con entender también sentía dolor y se me completaba el puzzle, el horror se transformó en opinión, en censura, en una forma de vivir la vida. Fue tal la conciencia que logré respecto al tema que en mis tiempos de mayor activismo recuerdo que mi mamá revisaba debajo de mi cama al menos una vez al mes por si encontraba armas escondidas, aunque nunca se lo he dicho tenía motivos suficientes para pensarlo, por esos días me habría gustado tener valor suficiente como para seguir a la mujer metralleta o algo así… hoy lo veo lejano, con olor a ingenuidad, con sabor a 15 años, lo veo con nostalgia y admiración.
Ayer murió Pinochet, lo supe sentada en un restaurant de comida china- Mulió pinochet- se escuchó… la frase se repitió de mesa en mesa… me quedé en silencio, pensando que en ningún cuento de brujas se muere la bruja… extraña sensación. Cerca de 15 años después y con tanta lágrima y furia derramada, con tanta decepción y algunas muertes en vano, con tanto olvido e indiferencia… no supe que esperar. Bajé en el metro, sabía que era necesario evitar las manifestaciones de ambos bandos que había en el camino hasta mi casa. Mis ojos no querían ver a quienes lloraban por su muerte, aunque no quiero odiar, hay cosas que no entiendo, una de esas es la ceguera (quizás ellos no entienden la mía)… bajé del metro en Universidad Católica y como en los viejos tiempos vi una ola roja bajar por la alameda, era un festival de alegría, un festival de muerte… se me cortó la respiración por segundos, se me confundió la cabeza, no sabía hacia donde mirar, me gusta ese sonido del cantar alegre de la multitud, me gustan esos colores, pero ojalá nunca en mi vida tenga tanto odio en mi cuerpo como para salir a la calle a celebrar la muerte de otra persona. Si, es cierto, Pinochet me provocó dolor, me provocó crecer en un país quebrado, me provocó conocer un lado del hombre que ojalá me lo hubiera evitado, pero la muerte no se celebra, es el respeto… el mismo que exigíamos.
Caminé hasta mi casa, era un día especial, el día que nunca llegaría, parte de la fauna chilena desaparecía con esto, nací en dictadura… Pinochet es parte de mi vida desde que abrí los ojos… que horror! Que horror!!…Llegué a mi casa, subí y miré por mi ventana… desde aquí se ve todo santiago… no es que la ciudad entera quepa en mi ventana, sino que por aquí abajo pasa todo lo que somos… he visto de todo barras bravas, sindicatos furiosos, señoras de la antigua alcurnia, punks, skinhead, hippies, cuicos, carena`, ejecutivos jóvenes, ejecutivos viejos, peruanos, gringos, gay, lesbianas, colorinas, morenas, rubias, teñidas, viejas sapas, niños, perros, gatos y hasta dos hurones… pero anoche vi llover, llovieron piedras y gritos, volaban los disco pare y las rejas, el guanaco (ahora más moderno con tres chorros) iba y venía al compás de los encapuchados… aunque tenían la cara tapada los reconocí, supe inmediatamente que no eran los mismos que marchaban hace unas horas llenos de felicidad, eran los mismos que aparecen cuando pierde la U o el Colo, los mismos que salen para el 11 de septiembre, el día del joven combatiente, la APEC o el alza de las bencinas… No había dolor en ellos.
Ayer murió Pinochet, pienso en lo que debe estar pasando en las mil y tantas casas que se apagaron en su dictadura… pienso en la vergüenza nacional que me provoca ser un país polite y cobarde incapaz de sanarnos por susto a nosotros mismos… pienso en qué cambiará ahora que el dictador no está… pienso en la vida, en lo luminosa que es la vida
Chile, la alegría ya viene (bis)Porque digan lo que digan yo soy libre de pensar.Porque siento que es la hora de ganar la libertad,Hasta cuando ya de abusos, es el tiempo de cambiar.Porque basta de miserias voy a decir que no.Porque nace el arco iris después de la tempestad,Porque quiero que florezca mi manera de pensar,Porque sin la dictadura la alegría va a llegar,Porque pienso en el futuro voy a decir que no.Vamos a decir que no, oh con la fuerza de mi voz,Vamos a decir que no, yo lo canto sin temor,Vamos a decir que no, vamos juntos a triunfar,Por la vida y por paz.Terminemos con la muerte,Es la oportunidad de vencer la violencia,Con las armas de la paz.Porque creo que mi Patria necesita dignidad.Por un Chile para todos, vamos a decir que no.Vamos a decir que no, oh con la fuerza de mi voz,Vamos a decir que no, yo lo canto sin temor,Vamos a decir que no, vamos juntos a triunfar,Por la vida y por la paz.Chile, la alegría ya viene.